La sexualidad como fenómeno contemporáneo es el producto de la interacción de una multitud de tradiciones y de prácticas sociales, religiosas, morales, económicas, familiares, médicas y jurídicas (Weeks, 1985: 24). Contiene unas categorías, conceptos y lenguajes que nos dicen qué es “bueno” o “malo” o “dañino” o “saludable”, “normal” o “anormal”, “apropiado” o “inapropiado” como conducta. Partimos de la idea que la
sexualidad es una construcción social, una decisión arbitraria sobre lo que es bueno o
malo.
Si establecemos un continuo pasaje por Heterosexualidad àBisexualidad àHomosexualidad
Así, la mayoría de la gente estamos en algún punto entre estos extremos, más próximos a la Heterosexualidad, o la Bisexualidad o la Homosexualidad y el Lesbianismo, en diferentes momentos de la vida.
Entonces nos preguntamos ¿Si tenemos relaciones sexuales con una persona de tu mismo sexo soy homosexual?
Aquellas personas que ocasionalmente tienen relaciones sexuales con personas del mismo sexo, no son necesariamente homosexuales. Esto es mucho más frecuente de lo que se piensa, un estudio realizado en EEUU (1980) afirma que el 75% de las personas universitarias tienen alguna práctica homosexual o lesbiana. Aquí hablamos de prácticas sexuales.
La heterosexualidad obligatoria y el orden de género
decidimos nuestra vida de forma individual o aislada. Vivimos en un entorno condicionado
por una cultura determinada, donde existen unos valores dominantes, que no decidimos a
nivel individual ni conscientemente. Estos valores son fundamentalmente heterosexuales
y centrados en los varones, reflejándose en las leyes, las pautas sociales, etc.
Se diga a otras personas o no, aparece un sentimiento de “ser diferente a los demás”,
más tarde puede aparecer una conciencia hacia el deseo y sentimiento hacia personas de
tu mismo sexo.
Se puede producir o no el momento en el que una persona se denomina homosexual, puede llegar a aceptar esta realidad o no.
Cuando una persona se está cuestionando si es Homosexual o Heterosexual,existe un malestar, un conflicto que hace que sufra, ya que existe una presión social,sentimientos negativos, etc para que sea Heterosexual y se comporte como tal.
Esto lleva a que las personas estén confusas, entre lo que sienten y lo que los demás esperan de ella o de él, que se comporte como lo que esperan de él o ella, se pregunten incluso si son chicos o chicas, cuando están pensando en su objeto de deseo, las personas de su mismo sexo.
Subfase de conciencia (cuando una persona se está dando cuenta que es Homosexual).
El momento final sería la aceptación de los sentimientos propios; el no aceptarlos nos lleva a una negación y autojustificación, que puede hacer que la persona se encuentre mal y quiera llevarlo en secreto, incluso en una doble vida, para no decepcionar a los demás, no sufrir la discriminación que conlleva su orientación sexual.
Aceptar los sentimientos propios puede llevar a una sensación de alivio, por que al menos sabes qué te está pasando. Aunque exista un coste: no es fácil decirlo a la familia y al entorno próximo, menos aún a compañeros de clase, trabajo, vecinos, etc, puede llevar a vivir tranquilamente, con dignidad; pero esto es siempre una decisión personal y respetable, tanto si se dice como si se oculta.
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